PURIFICACIÓN VOLCÁNICA
NUESTRO SEÑOR JESÚS Y LA VÍRGEN MARÍA HABLAN:
No
es nada novedoso para la humanidad el que volcanes
apagados o dormidos despierten sin
que alguien lo avise previamente y lo hagan en forma descomunal; lo novedoso se
encuentra precisamente en la forma como lo hacen y en los efectos que producen. La tierra habla a través de ellos y
por los desastres que ocasionan, son temidos por el ser humano. La humanidad, contaminada como está, requiere ser
purificada y para acelerar éste proceso, les ha llegado su momento:
La
naturaleza despertará y el hombre sufrirá. Los volcanes apagados se activarán y grandes tragedias invadirán la
tierra. Haciendo recordar el poder de la naturaleza a la que el hombre invadió, la tierra se estremecerá y
gemirá, en su deseo de renovarse y limpiarse de la contaminación que el espíritu humano ha dejado caer sobre ella.
Por
el despertar de los volcanes, las
necesidades de la humanidad aumentarán ante los inesperados e intempestivos cambios climáticos que el hombre ha
provocado con su rebeldía, desobediencia y prepotencia.
La naturaleza se rebela contra el
hombre.-
La
humanidad contemplará la fuerza y el poder de la naturaleza:
La
tierra mantendrá la peste del pecado sobre Ella y contaminará a los que son
tibios. Los Elementos flagelarán a la humanidad y grandes volcanes despertarán y se activarán dentro del mar; los volcanes purificarán a las naciones.
Las
aguas de los océanos darán grandes sorpresas con la aparición de volcanes
ocultos. Las placas tectónicas serán estremecidas.
La
tierra no tendrá firmeza, se agitará y deslizará como agua. El mar se hundirá
para luego elevarse sobre las zonas costeras; donde no había agua, la habrá y
donde había, no la habrá. Las sequías
aumentarán y las inundaciones tomarán por sorpresa al hombre. Ante el
descontrol de la naturaleza, el agricultor no sabrá cuándo preparar la tierra
ni cuándo sembrar, pues las estaciones variarán. La tierra se estremecerá y el
fuego asomará por los volcanes
vertiéndose hacia el exterior. La humanidad se sorprenderá de la fuerza de la
naturaleza cuando ésta se estremezca.
No teman a los terremotos ni a los
volcanes, ni a los vientos que azotarán, ni al frío ni al calor. Teman ofender
a Mi Hijo y teman no arrepentirse de ello. El camino de Mi Hijo no es tortura
sino entrega, gozo y felicidad, ante la esperanza de la vida eterna.
La humanidad padecerá.-
La
naturaleza se acerca al hombre y le habla para que recapacite y se aleje del
mal que le rodea; La humanidad padecerá consecutivamente, los volcanes actuarán en secuencia. Para el
hombre será solo el instante que
pronto olvidará y asociado con el pecado, continuará en su perversidad y
desenfreno. Crece la angustia de la naturaleza y se abalanza sobre el hombre al
que desconoce, pues obra y actúa en contra de la Voluntad Divina. Con el
despertar de ese instante, la
naturaleza no se hace esperar y cuando el hombre peque, lo llamará a retornar a
la amistad con Dios, a partir de la purificación con los Elementos.
Los
volcanes despertarán y aflorarán
erupciones inesperadas que alertarán a la humanidad para que no le dé la
espalda a su Dios y vuelva la mirada hacia el Único que entregó su vida por la redención del género humano. Pero
a pesar del flagelo volcánico, de la tierra estremecerse con fuerza, del agua abalanzarse
sobre la tierra, del fuego alzar su voz rugiendo desde los volcanes, una y otra
vez, el hombre no atenderá
La
tierra por su parte, en su afán de que el hombre voltee su mirada hacia Mí, continuará estremeciéndose, pero al
ver que no lo logra, se estremecerá más fuerte y a través de los volcanes dejará salir su fuerza. La
humanidad será sorprendida por la furia de los volcanes aún desconocidos; su rugir
les despertará y a su vez, el viento se levantará y soplará, causando
dolor y destrucción.
La
tierra se encuentra exhausta de tanto pecado que se posa sobre Ella y hará
emanar una secuencia de fuego que asomará a través de los volcanes y en ese instante, los que no han deseado escuchar,
recordarán Mis Palabras y clamarán auxilio y Mi Bendición. Yo acudiré por Amor
al hombre.
No olviden Mis Hijos que Yo soy su
Dios; por más que los volcanes rujan, Mi Pueblo no caerá, se
mantendrá fiel en la seguridad de que Mi Segunda Venida, está pronta.
Hijos
Míos: “¡La Creación es una conmigo y
habla al hombre! Los volcanes despiertan, no por ciclos como dice el hombre,
sino para que la humanidad vuelva su mirada hacia Mí y luego perciba la
necesidad de reconocerme como su Señor. ¡No esperen a que exploten en ira,
hasta que la tierra se estremezca, hasta que las aguas de los océanos invadan las
tierra, hasta que el viento destruya los poblados, no esperen dormidos, que el
tiempo ya no es tiempo y el instante ha dejado de ser instante…Despierten Ya!”

