VIDA EN EL ESPÍRITU O PROFANACIÓN DEL CUERPO
Dios Uno y Trino, Padre de
la humanidad y la santísima Virgen María, Madre de la humanidad, hablan a sus
hijos:
¡Arrepentíos
y convertíos porque el Reino de Dios está cerca, alimentad el conocimiento!
Glorificad a Dios en vuestro cuerpo, guardaos de
profanar el Templo del Espíritu Santo, aceptaos como os creé; fuisteis creados
a imagen y semejanza Mía y todas Mis obras son perfectas, sois producto de Mi
Amor y Misericordia y Mi obra más amada; vinisteis al mundo a hacer Mi
Voluntad.
Carne y espíritu se oponen el uno al otro, de
manera que no hagáis lo que quisiereis. Vivid
en el espíritu y evitad todo lo que tenga que ver con los deseos de la
carne para que no se apoderen de vuestra vida y os lleven a hacer vuestra
voluntad en contra de la Mía.
¡Arrepentíos
y convertíos porque el Reino de Dios está cerca, alimentad el conocimiento!
Vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo que
habita en vosotros y habéis recibido de Dios, por tanto, no os pertenece. Habéis sido creados a precio: El precio que pagué
por vosotros fue el sacrificio de Mi Hijo en la cruz. No podéis profanar vuestro cuerpo haciendo lo que
queráis con él, vuestra responsabilidad es cuidarlo, vigilando que nada ni
nadie lo dañe o lo profane. Vuestros cuerpos Me pertenecen, no podéis disponer
de ellos, no son vuestra propiedad,
no mancilléis MI obra haciéndoos
tatuajes, perforaciones, implantes o cirugías, por capricho o vanidad.
¡Arrepentíos
y convertíos porque el Reino de Dios está cerca, alimentad el conocimiento!
Os he dado cuerpo, alma y espíritu que forman una
sola unidad que debéis proteger y cuidar para gloria de Dios. El Cielo solo
permite las cirugías, los implantes y modificaciones en vuestro cuerpo cuando
se trate de problemas de salud, mutilaciones por accidente, deformaciones o
enfermedades congénitas y en general, todo lo que tenga que ver con el tema de
vuestra salud. ¡Nada hecho por vanidad,
será justificado por el Cielo!
¡Dios
creó al hombre a imagen suya, los creó macho y hembra y los bendijo
diciéndoles: Procread y multiplicaos. Hombre y mujer los creó y los hizo
diferentes, física, sicológica y sexualmente!
No
creé hermafroditas sino hombres y mujeres para que procrearan y se
multiplicaran y así, prolongar la vida
humana. La esencia con que fueron creados es macho y hembra, que se aplica
también para las demás criaturas.
No
creé al hombre con tendencia femenina ni a la mujer con tendencia masculina: Al hombre lo hice fuerte
para que dominara la creación y a la mujer la creé dulce, cariñosa, delicada y
le concedí la Gracia de ser madre, para que acompañara al hombre y se uniera a
él y los dos fueran una sola carne que,
unidos por el amor y la bendición de Dios, procrearan y se multiplicaran
para garantizar la prolongación de la
especie.
La
ideología de género, corriente demoniaca enseñada en jardines infantiles,
escuelas, colegios y demás instituciones educativas, está causando confusión y
problemas de identidad sexual: Hacen creer que ni el sexo ni el género existen,
que se puede ser hombre o mujer a La vez.
¡Dios
creó al hombre a imagen suya, los creó macho y hembra y los bendijo
diciéndoles: Procread y multiplicaos. Hombre y mujer los creó y los hizo
diferentes, física, sicológica y sexualmente!
Yo no
creé homosexuales, el homosexualismo es una aberración que no proviene de
Mí, es un espíritu de impureza sexual que entra en el momento de la concepción
por los pecados de impureza sexual de vuestros antepasados, es una maldición
demoniaca que ha pasado de generación en generación. La impureza sexual es el
espíritu fuerte que abre la puerta espiritual para que entren los demás
espíritus impuros como son el homosexualismo, la prostitución, el
adulterio, la fornicación, la lujuria, la masturbación, el incesto, el aborto,
la pornografía y demás espíritus impuros.
¡Dios
creó al hombre a imagen suya, los creó macho y hembra y los bendijo
diciéndoles: Procread y multiplicaos. Hombre y mujer los creó y los hizo
diferentes, física, sicológica y sexualmente!
Orad
por vuestro árbol genealógico paterno y materno con el rosario de Mi
Preciosa Sangre y Llagas a las tres (3)
de la tarde y asistid a 33 misas seguidas, entregándome en el momento de la Elevación, las maldiciones de impureza
sexual de vuestras generaciones y os aseguro que os libraré de éstos espíritus
impuros, para que no vuelva a haber más impureza en vuestras generaciones.
Consagradme vuestro árbol genealógico paterno y materno y os aseguro que os
daré la victoria y la libertad sobre los espíritus impuros.
¡Arrepentíos
y convertíos porque el Reino de Dios está cerca, alimentad el conocimiento!
Todo ser humano cuando muere, se le debe de
celebrar con cuerpo presente, la última Eucaristía. Esa alma necesita ser
entregada a Dios en cuerpo, alma y espíritu; ningún doliente puede interrumpir
la voluntad de Dios. Muchas almas, por ésta última Eucaristía, se han salvado
de morir eternamente. No debéis de celebrar ésta última Eucaristía con las
cenizas del difunto, porque éstas no tienen el mismo mérito y se pierden las
Gracias que Dios le concede al alma para su descanso eterno.
Las
almas en agonía o estado vegetativo, necesitan de esa purificación para poder partir en
paz a la eternidad; otras necesitan purificarse para no condenarse y otras
tantas, se purifican para volver a la vida. ¡Solo Dios puede dar o quitar la vida!
¡Arrepentíos
y convertíos porque el Reino de Dios está cerca, alimentad el conocimiento!
Bien sabéis, la pelea no es contra gente de carne y
hueso sino con malignas fuerzas espirituales bajadas de los lugares celestes,
las cuales tienen poder y dominio sobre éste mundo oscuro. Cuando estéis
atacados decid:
María
Auxiliadora, sed mi protección, auxilio y amparo. Líbrame del mal y del maligno
en todos mis caminos y batallas espirituales. Fortalece mi cuerpo, alma y
espíritu para mi encuentro con Dios en la Eternidad. ¡Oh Madre Auxiliadora,
rogad por nosotros tan pecadores y llevadnos a la Gloria Eterna, Amén!

