ENERGÍA MAL EMPLEADA: CONTAMINACIÓN DISPERSADA
Jesús Nuestro Señor y la Santísima Virgen María hablan a
sus hijos:
EL DOLOR SE ACERCA A TODA
LA HUMANIDAD
La mano del hombre creó armas potentes
y en éste instante, no solo serán utilizadas para llevar muerte a millones de
criaturas, sino que la misma naturaleza hará que exploten. El sol se esconde y
en su lugar, se acerca al hombre su calor que dañará, no solo los adelantos que
éste ha logrado, sino que le recordará sus antiguas costumbres a las que
retornará:
LA HUMANIDAD PERCIBIRÁ LA
DERROTA DE LOS PODEROSOS
Llegará el instante en que todos serán
iguales en un mundo que retrocedió y el pasado Tecnológico–Científico, habrá
sido anulado por los acontecimientos; el hombre deberá iniciar de la nada. Gran
calamidad habrá en todo el mundo, tan grande como nunca antes la han visto:
Nuevamente, UNA GRAN EXPLOSIÓN NUCLEAR
contaminará las aguas y dañará al hombre…La mano de la criatura humana ha
creado su propia destrucción. La energía nuclear destruirá cuanto la Mano
Creadora dio al hombre, el cual se mutilará a sí mismo…El viento, víctima del
mal uso de la ciencia por parte del hombre, DISPERSARÁ LA CONTAMINACIÓN EMANADA
DE UNA PLANTA NUCLEAR y en su insatisfecho deseo de poder, éste se flagelará a
sí mismo.
Muchos inocentes padecerán; el dolor
causado por la CIENCIA DESENFRENADA con afán de poder, llegó a la humanidad por
la ENERGÍA MAL EMPLEADA. Las enfermedades no se han hecho esperar y llegan con
mayor intensidad ante el uso descontrolado de contaminantes…Cuanto ha ascendido
y contaminado se vierte sobre la tierra…Mirarán descender cuanto han dejado
suspendido en lo alto…El tiempo se paraliza ante un hombre que no razona.
En éste instante confluyen todos los
instantes agónicos de la humanidad en los que el hombre ha debido mantener la
fe…El Pueblo de Mi Hijo ha congelado el amor y endurecido el corazón, ha
cerrado los oídos y enmudecido para no atender los llamados del Cielo…Se ha
entregado a las fuerzas del mal.
La terquedad de la humanidad es tan
grande que no escuchan, no miran lo que viven ni perciben las SEÑALES que
marcan la seriedad y la inminencia de
éste NO TIEMPO: La tierra flácida se
hunde y la que permanece ignorada emerge. Los manantiales serán grandes lagos y
éstos formarán parte de los océanos, el deshielo alcanza a inundar las costas y
el dolor se asoma a Mis hijos.
De la tierra emana fuego, algunos colosos dormitantes despiertan sin avisar en tanto la peste continúa su paso,
peste en el cuerpo y en el alma que llevará a la humanidad al lamento eterno.
De lo alto descenderá fuego, fuego del mismo pecado, fuego físico y fuego
espiritual que hará que el hombre se
mire hacia adentro, aún sin desearlo.
Piensen con seriedad sobre las
calamidades por las que pasará Mi Pueblo, Mi Iglesia y no dejen a un lado LA
VERDAD, pues en éste momento, la cizaña supera al trigo. No crean que porque no
han sufrido embates de la naturaleza, ni sufrido por hambre, ni padecido por
enfermedad, no pasarán por ello, ya que dentro de ésta gran tribulación, toda
la humanidad padecerá, esto se generalizará y todas las criaturas sufrirán.
El pecado, salido del hombre, cae a la
tierra que adolorida lo recibe, quedando suspendido entre la tierra y el cielo
y su vibración es recibida por todas las criaturas humanas desarrollándose
especialmente en los tibios al igual que en los que carecen de fe, causando
estragos en la conciencia y en el obrar y actuar de la humanidad.
Mis hijos no están preparados para
derribar la vibración del pecado que, moviéndose en el aire, recorre toda la
tierra y crece sin decaer, sin mermar y al despreciar Mi Alimento Eucarístico,
sacándome de sus vidas y arrojándome al destierro, quedan solos y abatidos en
manos del maligno.
El pecado es excesivo, el hombre crea
pecados constantemente; el mal no necesita decirle la multiforme modalidad del pecado, pues la criatura humana ha
superado acontecimientos descritos en la Palabra Divina del Antiguo Testamento,
ha sucumbido en la negación espiritual, en la negación de Mi Entrega y de Mi
Cruz. Los vicios de ésta generación no se combaten con armas físicas, sino con
oración, penitencia, ayuno, con ofrecimientos tales como los Sacramentos y el
Santo Rosario, pues la batalla es espiritual y no de armas.
Poseedores de la libertad, han surcado
el terreno con el libertinaje, la incredulidad, la decadencia en la fe,
olvidando que del corazón humano emana el amor y que el amor es vida y luz.
GUARDAN CELOSAMENTE en la memoria esos hilos de soberbia, esos actos buenos y
los no buenos, ese medir al prójimo con la medida del “yo” muy personalizado,
GUARDAN CELOSAMENTE los actos y las obras que cada uno conoce de sí mismo.
Vengo a que se miren dentro del ser, a
abrirles la consciencia con Mi Amor Misericordioso porque les amo y el interior
del hombre, lo encuentro en ruinas. Ésta generación encontrará la verdadera
libertad nacida del espíritu, solo así podrán obrar según la Voluntad de Dios
que, mediante la Verdad, les iluminará la mente y colmará el corazón de amor.
Ésta generación deberá reconocer a la Trinidad que habita en su ser y respetar
ese Templo del Espíritu Santo.
ES IMPRESCINDIBLE QUE SE CONOZCAN PRIMERO INTERIORMENTE
USTEDES MISMOS TAL CUAL SON PARA QUE PUEDAN SER TESTIMONIOS VERDADEROS DE MI
AMOR, PUES EL HOMBRE NO PUEDE HABLAR DE LO QUE NO CONOCE Y AMA. ¡CONTINÚEN
FUSIONADOS EN MÍ QUE YO PERDONO TODOS SUS PECADOS SI EL CORAZÓN PERMANECE VERDADERAMENTE DOLORIDO Y CON FIRME
PROPÓSITO DE ENMIENDA!