PARCELAS DEL CIELO EN LA TIERRA
Jesús Nuestro Señor y María Nuestra Madre hablan a la
humanidad:
La
Eucaristía es el invento de amor que os mantendrá en pie en éste
tiempo de tribulación. Si no frecuentáis éste Sacramento, si no os alimentáis
con el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, no aguantaréis la prueba, prueba que
hará temblar a los mismos elegidos, prueba en la que quedará solamente la
tercera parte de la humanidad, porque el mundo será purificado, renovado.
Jesús habita en el Tabernáculo, id y dadle la Honra y la
Gloria porque es el Rey de reyes, Señor de señores que se
encuentra triste y solitario porque los pecados de los hombres han oscurecido
al mundo, los pecados de los hombres hacen que la Copa del Padre reboce en su
justa cólera, los pecados de los hombres sumirán a la iglesia en una espantosa
consternación.
Los días de Mi Misericordia están en cuenta regresiva, os
pido conversión urgente humanidad
pecadora. Corred a bañaros en la piscina del perdón y la Misericordia; buscad
cuanto antes a uno de mis sacerdotes y haced una buena confesión de vida. Mis
Templos serán cerrados definitivamente por el pretexto de las pandemias y los hijos de la oscuridad al servicio
de Mi adversario, destruirán Mis Casas y profanarán Mis Tabernáculos.
Son muchas las potestades del infierno que quieren
pervertir al mundo, lo quieren seducir con falsos halagos, lo quieren
distanciar de Dios para luego reclamar el trofeo de sus almas y llevárselas al
abismo del infierno, al rechinar y crujir de dientes, al fuego eterno.
Venid a visitarme, no paséis de largo por Mis Sagrarios,
me queda ya muy poco tiempo de permanencia con vosotros, cada vez me siento más
solo. ¿Qué será de vosotros humanidad
pecadora cuando lleguen los días de la desolación y abominación? ¡Ya no vais a
encontrarme en Mis Sagrarios para consolaros; la desesperación se apoderará de
vosotros y el amo de las tinieblas os robará el alma!
Por tres tiempos y medio ya no estaré con vosotras hijos
ingratos, pero Mi Pueblo fiel me podrá encontrar en Mi Madre, Ella será el Sagrario donde permaneceré en
aquellos días de desolación.
SOY MARÍA, MADRE DE LA ADORACIÓN Y REPARACIÓN
Os pido pedir perdón porque son muchos los sacrilegios,
las profanaciones contra el Misterio Eucarístico de Jesús, Misterio que no solo
contiene la Gracia, sino al autor de la Gracia, a Jesucristo que es la misma
Santidad. En el Tabernáculo está Jesús como víctima Divina por todos vosotros;
pagadle su gran gesto de amor, volviendo vuestros ojos y corazón a Él, amándole
por los que no le aman, adorándole por los que no le adoran, porque son muchos
los ingratos que lo desprecian.
Jesús en su desbordado amor por toda la humanidad,
decidió hacer de los Sagrarios, pequeñas Parcelas
del Cielo en la tierra, parcelas que son como los jardines del Edén, porque
en ellas florece un Lirio Blanco perfumado que atraerá a muchas almas a cuidarle
y a cultivarle con el abono de la adoración y de la reparación, abono que os
servirá como provecho para vuestro crecimiento espiritual, porque cuando dejáis
de orar, la tierra de vuestro corazón se vuelve estéril, árida, ya no produce
cosechas abundantes, la maleza empieza a destruir, a infectar los pocos frutos
sanos.
Él
está vivo en la Hostia Consagrada, su Corazón Eucarístico palpita y
late de Amor; su dulce prisión está embellecido por el cortejo de Santos
Ángeles que le adoran, que le entonan bellísimos himnos al son de las cítaras y
de las arpas, que se extasían ante la grandeza del Señor, que han comprendido
el gran Misterio de Jesús de perpetuarse
en el Pan Consagrado hasta la consumación de los siglos. En el Sagrario podréis
encontrar a Jesús, sentirle…Allí le rindo los honores y homenajes que las
criaturas no le dan, allí suplico Misericordia para toda la humanidad.
SOY MADRE DE LA ADORACIÓN Y REPARACIÓN
Madre que adora al Dios Uno y Trino, presente en la Santa
Hostia, que adora al Salvador, al Enmanuel que llevé en Mi vientre purísimo,
que adora al Mesías que pronto vendrá por segunda vez vestido de Honor, de
Majestad y de Gloria, Madre que adora al Hijo de Dios, al Verbo Encarnado que
se hizo hombre para redimiros del pecado, para daros la salvación y la Vida
Eterna, Madre que pronto veréis vestida de sol para dar fin a la batalla, para
aplastar con su talón la cabeza de la serpiente.
SOY MADRE DE LA ADORACIÓN Y REPARACIÓN
Madre que está uniendo a los elegidos en un solo rebaño
cuyo Único Pastor es Jesús. Despertaré en vosotros deseos de amar, adorar y glorificar
a Jesús, vivo en el Santísimo Sacramento del Altar, Sacramento de Amor para los
sencillos, los pequeños.
Hijos míos,
reparad:
Porque el
Cuerpo místico está siendo dividido, fragmentado; reparad por vosotros, por la
unidad de la iglesia, para que todos los hombres vuelvan a Dios;
Para que los
mensajes que hablan del final de los tiempos no sean rechazados;
Para que las
profecías que anuncian el Segundo Advenimiento del Señor, sean acogidas sin
temores, sin miedos.