LIBERTAD ENCADENADA
Nuestro Señor
Jesucristo y la Santísima Virgen María hablan a la humanidad:
Mi Madre, Mujer de fe, no Me
abandonó ni aun cuando violentamente, la separaban de Mí: El seno que Me cargó
por nueve meses Me acunaba; camino al Calvario, su Amor Me embargaba de su
fuerza, de su Sí a la Palabra del Ángel, de su obediencia aun sin entender ni
tener seguridades… Ella es la Mujer que, en este instante, NUESTRA TRINIDAD ENGALANA y le da el firmamento por
Manto para que toda criatura comprenda que no solo la tierra sino el
firmamento, se postra al paso de Mi Madre.
Hijos Predilectos, amen
a Mi Madre, Ella les conduce a Mí.
Iglesia Mía, ama a Mi Madre, Ella les conduce
a Mí.
Yo les espero con los brazos
abiertos, les bendigo en todo instante. Sean cumplidores de los deseos de quien,
por ustedes, se entregó en una Cruz de Resurrección y de Gloria, de Majestad y
Poder, en donde, unida a Mi Madre y a Mí, Mi Iglesia triunfante y victoriosa,
cumplirá la misión por la que ha sido creada: Retornarme
Mi Reino del cual, en este instante, he sido despojado.
Llamo a los líderes religiosos,
a quienes tienen a su cargo grupos de oración, a aquellos laicos comprometidos,
a no vanagloriarse de ese compromiso con Mi Iglesia sino a ser conscientes de
la humildad de la que deben ser portadores, del compromiso que han adquirido
para ser testimonio ante las comunidades.
Yo vine a caminar en medio de
los pecadores, a traer la Buena Nueva, a anunciar el amor, la paz, el perdón y
la humildad. ¡Deben ser ejemplo de Mí obrar y actuar! Hagan
un alto en el camino y analicen el interior de cada uno: No deseo fariseos sino
hijos verdaderos que, con el Don de la Palabra, Me adoren delante del pueblo, Deben
ser veraces y más espirituales que religiosos…La religión abunda, la
espiritualidad escasea.
¡Libérense de los sentidos que tienen atados a lo mundano!
Busquen con empeño los mensajes
o secretos dados por Mi Madre en las apariciones, con deseos de cambio, de
liberación de los sentidos a los que ustedes mismos se han encadenado por su
propia libertad y no, por una cierta curiosidad.
Le he solicitado a Mi Madre que
permanezca junto a ustedes y les defienda, pero Ella se encuentra atada de
manos ante una humanidad pecadora que la rechaza, siendo pocos los fieles y
amados sacerdotes los que levantan su voz y le hablan a Mi Pueblo para que
recapaciten y no se sumen a las filas del pecado:
Pocos son los que claman con
vehemencia en contra del homicidio del aborto; la humanidad y principalmente la
juventud, se consumen en drogas; el
hombre y la mujer fueron creados en sexos diferentes y la unión entre los mismos
no es acorde con Mi Voluntad; Son pocos
Mis fieles hijos que con fuerza y coraje
reparten sus bienes entre aquellos que padecen hambre y desprecian los lujos y
comodidades… ¡ Mis discípulos dejaron su casa y sus pertenencias, caminaron
descalzos y repartieron hasta sus
vestiduras entre quienes no tenían, a ejemplo de su Maestro!
La humanidad se acerca cada vez
más y más al maligno, el demonio no necesita tentar a las almas porque la
inventiva de la criatura humana por sí sola le complace. ¡Cuánto pecan con la
mirada, con el pensamiento y con el Don tan grande de la Palabra; El pecado,
¡la mala conducta y la desobediencia del hombre atraen la purificación!
¡Mi Amor supera el pecado del hombre, los espero a todos,
¡Hasta al más pecador!
Los anticristos del MODERNISMO han socavado el corazón de Mis hijos:
¡Tantos que cantan en Mi contra para que Me
destierren de sus corazones: anticristos de la nueva tecnología, del cine, de
la moda indecorosa, de la contaminación, de los alimentos… que han vinculado el
irrespeto al Don de la vida, se han atrevido a mofarse de Mi Pasión dolorosa y
que sin que la criatura se percate, ¡enferman sus cuerpos para exterminarles!
En tanto, mediante el engaño,
el demonio prepara la presentación de su engendro, de su protegido, del dueño
de la mentira, del anticristo que vendrá a socavar a Mi Pueblo: Con asombro
mirará la humanidad grandes milagros que jamás se han imaginado y correrán
presurosos tras ese falso engendro que se hará llamar a sí mismo dios y que únicamente trae el engaño para robarles el alma.