MISERICORDIA Y JUSTICIA DIVINA
Jesús Nuestro Señor y María Nuestra Madre hablan a la
humanidad:
Dentro del orden de Mi Creación el
hombre emana su ego contaminado de pecados y frustraciones descargadas en los
vicios capitales y en el desprecio a la vida. Son presa de intereses mundiales
bajo un mismo mando que se ha infiltrado en Mi Iglesia con el disfraz de Mi
Misericordia para mantener la ignorancia de Mi Pueblo.
Si el hombre no se arrepiente del mal uso de su libre
albedrío no es digno de entrar en Mi
Casa aunque Yo le continúe llamando hijo. Se dirigen al encuentro del enemigo
del alma, se entregan a él envolviéndose en lo mundano y ponen su confianza en
las seguridades humanas.
El transitar de las criaturas se
detiene ante el libre
albedrío mal empleado y ante los respetos humanos mal entendidos, llevando
la Voluntad Divina a ser olvidada y suplantada por deseos personales. Olvida la
humanidad que el libre albedrío mal empleado, donde el hombre camina olvidando
la misión que a cada uno le ha sido conferida, obliga a la justicia Divina a
actuar, al ejercerse la voluntad humana en contra de la Divinidad.
Así transita la Iglesia de Mi Hijo, de
cáliz amargo en cáliz amargo, de aviso en aviso, hasta que se enfrente a sí
misma y viva el dolor de ser consciente de la maldad cometida… El Aviso no es un simbolismo, es una realidad que
todos enfrentarán.
La voluntad humana no conoce límites,
continuamente ofende a Mi Hijo despreciando uno u otro acto de piedad de la
Casa Paterna. La humanidad se sume en una lucha sin fin unos contra otros en su
libre albedrío y la violencia, producto de ello, ejercerá su poder galopando sobre ella… Mis hijos, en un acto de
suma violencia, se atacarán mutuamente como desconocidos.
En tanto el enemigo del alma festeja
su botín, la Misericordia Divina, ante una humanidad falseada y sin valores que
desprecia a Mi Hijo, será testigo de uno y otro flagelo, pues sucumben con
rapidez ante la mínima controversia porque no conocen el Amor Divino que la
redimió.
Mi Pueblo Me desconoce más de lo que
cree y con base en esa ignorancia transmitida de generación en generación,
desean condicionarme, pero el que acoge Mis llamados, es aquél que ha logrado
evitar y rechazar cuanto les desea alejar de Mí y ha reconocido la Voluntad de
Mi Hijo en Mis Mensajes de alerta, no
temor, sino de Verdad. El tiempo ha MARCADO CON DUREZA A ÉSTA GENERACIÓN como consecuencia de la violencia con que ha
transitado, devastando la Voluntad de Mi Padre y en éste instante, es preciso
que retornen a Mi Padre lo que es su posesión:
¡DESEO RECUPERAR LA MISMA IGLESIA QUE INSTITUÍ CON MIS
DISCÍPULOS!
No necesito lujos ni grandes Templos, vengo
por el Templo de cada uno de ustedes, por el Templo interior en donde Debo
Reinar Yo con Mi Voluntad: Anhelo una
Iglesia Santa, obediente de Mi Palabra, cumplidora de Mis Mandamientos y de los
Sacramentos; ansiosa de recibirme con sed de Mi Palabra; pura, amante y
cumplidora de Mi Voluntad; fiel, que
desprecie lo mundano y los bienes terrenos; totalmente espiritual, que se
adentre cada instante en Mi Voluntad y que sin Ella, no encuentre camino
alguno.
¡MI HIJO SE ENCUENTRA A LAS PUERTAS DE ÉSTA GENERACIÓN,
LLEGARÁ SIN AVISAR Y SERÁN SORPRENDIDOS!
Me encuentro en éste instante frente a
cada uno con Mis Brazos extendidos para recibirles sin mirar ni fijarme en
pecado alguno en ustedes, sino que MI MISERICORDIA, al
mirarles frente a Mí, verdaderamente arrepentidos y con firme propósito de
enmienda, ama y acoge, acoge y ama. Mis hijos niegan Mi Justicia y así lo han
transmitido a Mi Pueblo, pero MI MISERICORDIA
ANTECEDE A MI JUSTICIA: Soy Amor y Misericordia, no le niego el
perdón a quien se acerca verdaderamente arrepentido de sus actos con un firme
propósito para enmendarse.
No deseo un pueblo abundante en número
reunido en Mi Nombre desconociendo Mis Mandatos y Mis verdades que se presente
ante Mí por apariencia, deseo a Mi Pueblo consciente del disgusto que Me da el
corazón humano y cuanto Me hiere a Mí y a Mi Madre. MI JUSTICIA LLEVA IMPLÍCITA MI MISERICORDIA, de
no ser así, sería Yo mismo contrario a Mi Amor.
A Mis hijos se les ha formado para que
Me Miren Resucitado, Glorioso y lejano, pero al contrario, Yo permanezco en
estado actual frente a cada uno de los que amo padeciendo continuamente por sus
pecados y negaciones hacia Mi Reino. Mi SANTO ESPÍRITU mora en el interior de todos: Unos
lo contristan, otros le aman y reparan… ¡Yo no permanezco lejos, tendrán siempre Mi auxilio, pero cada uno, en el
recinto interior de su alma, fusionados a Mi SANTO ESPÍRITU, esperen cuanto acontezca pues Yo Me encuentro presente
en ustedes!
Permanezcan dispuestos a ser
conscientes de que son más que carne, son más que un cuerpo al que miran con
indiferencia. Prepárense interiormente, lo material es material y como todo lo
material, perecerá. En éste instante en que Mi Amor ha sido desvanecido y
despreciado por el hombre, Vengo una y otra vez, sin cansancio, sin detenerme
ante las constantes negaciones humanas.
Yo Soy Vuestro Dios, únanse en un solo
corazón en la unidad de Mi Amor infinito que será muralla invencible e inamovible.
Quien vive en obediencia se mantiene en unidad… Éste es el instante de la
obediencia a Mi Palabra para que unidos, entonemos victorioso Mi triunfo final
y recupere por manos del mismo hombre, todo cuanto el hombre le ha entregado al
enemigo del alma.
¡QUIEN REINCIDE EN EL PECADO Y SE ENTREGA A LAS
TENTACIONES SIN PENSARLO, NO VAGAMENTE SINO EN TOTAL COMPLACENCIA, ES UNA
ESPINA, UN CLAVO, UN LÁTIGO, UN
ESCUPITAJO, UNA LANZA QUE ME CRUCIFICA DE NUEVO!