DE LA IRA AL ODIO

 

Apocalipsis Adelantado


 

INTELIGENCIA ATROPELLADA

 

Jesús Nuestro Señor y María Nuestra Madre se dirigen a la humanidad:

 

En medio del devenir de ésta humanidad, la Trinidad Sacrosanta permite que Yo continúe asistiéndoles a pesar de sus continuas desobediencias; dentro del libre albedrío, cada uno elige si continúa Conmigo o sigue por sí solo… Paso a paso les llevo para que el camino les sea menos pesado: El humilde, el manso, el de corazón sincero, el que no se auto exalta, el que pone la otra mejilla, el que sabe esperar y escuchar, el que Me dice Sí y continúa la lucha para mantenerse en Mi Voluntad, ése es a Mi semejanza. La criatura humana dice ser a semejanza de Dios, pero ¿será eso cierto?... ¡Cuán pocos son los que en éste instante oran!... ¿Cuántos se acercan a recibirme estando dignamente preparados, sin guardar rencores hacia sus hermanos, sin enojos ni disgustos?

 

HUMANIDAD ADORMECIDA POR LA IRA:

 

El hombre actual no piensa, cuando le hieren su ego, reacciona a disgusto… Si no se siente superior y elogiado, la ira se apodera de él y destroza lo que tenga en frente expresando con esto, lo que lleva por dentro y en un abrir y cerrar de ojos, pasa DE LA IRA AL ODIO… La ira nace como algo inofensivo para el hombre pero luego, es fortalecida por sentimientos que le llevan a no mirar sino sus intereses, despertando pecados ocultos que pasan desapercibidos pero corroen el corazón.

 

¡VENGO A PASARLES POR EL CRISOL!

 

Si no luchan contra el pecado y permanecen en Mi Voluntad, no encontrarán la salvación eterna… Llego a colocar en Mi Balanza no solo las obras sino los actos de los Míos: Le pediré más a quien más le di, ya que el que más recibe, más Me debe corresponder… ¡Pidan con humildad y en silencio al ESPÍRITU SANTO que les de la asistencia necesaria para no flaquear y no abortar la misión que deban cumplir!

 

Aquél que en medio de  su orgullo piense, crea y pregone ser un escudo de protección para sus hermanos, es el más débil entre todos los seres humanos que existen sobre la tierra… No crean en estos que, con falsas promesas que suelen hacer especialmente a Mis elegidos instrumentos fieles, les digan entre muchas cosas: ¡Jamás me iré de tu lado, aunque todos caigan a tu derecha y a tu izquierda, yo permaneceré junto a ti, seré capaz de dar mi vida y poner las manos en el fuego por ti, aunque todos dejen de creer, jamás dejaré de profesar en lo que se te revela!... Quienes hacen esto, son los que primero caen, toda vez que ninguna criatura humana puede asegurar permanecer fiel hasta el final.

 

 GENERACIÓN CONTAMINADA:

Cada uno de Mis instrumentos fieles a Mí y a Mi Hijo viven a su semejanza en un continuo caminar hacia el calvario, con la cruz a cuestas, enfrentándose, no solamente  al cotidiano vivir en un mundo falto de bien, sino a la crítica de aquellos que no conocen verdaderamente a Mi Hijo, creyéndose doctos y lo único que hacen es cuestionar lo incriticable, censurando la Verdad y despellejando de Mi Palabra y de la de Mi Hijo Santísimo; son señalados además, Mis fieles instrumentos,  por los que se encuentran a su alrededor y como complemento, son negados por los jerarcas de la misma iglesia de Mi Hijo… Ésta generación se ha contaminado totalmente al desconocer y despreciar a Mi Hijo:

 

Grandes cambios se avecinan de todo orden y dentro de Mi Iglesia también… ¡Cuántos de Mis Cardenales no se aman como hermanos sino se miran como rivales!... ¡Cuántos de Mis amados sacerdotes no llevan por el camino recto a Mi rebaño!... La sangre se derrama sobre la tierra instante a instante como si fuera agua y el hombre no se conmueve sino  que en su lugar, es agitado por la sed de sangre.

 

FINES CIENTÍFICOS DE LA VIDA:

 

La ciencia mal empleada abusa mediante el dolor de los inocentes… No solo la radioactividad daña al hombre y es una amenaza, sino todo lo creado por su mano en laboratorios con el fin de erradicar la mayor parte de los seres humanos que habitan la tierra… Las masacres no cederán porque el hombre menosprecia la vida y la toma solo para fines científicos; se desprecia con esto, a sí mismo.

 

AGONÍA ESPIRITUAL DEL HOMBRE:

 

Los jinetes avanzan sobre la humanidad… Las grandes potencias  se mantienen unidas… ¡No son lo que muestran ante el mundo!

 

La guerra les urge para no perder el poder y engañan a los seres humanos firmando componendas que nunca se cumplen… Ésta generación se mantiene en constante desorden, los sentidos van y vienen; las criaturas, absortas en el pecado, buscan saciar los apetitos y se pierden sin mediar la consciencia para nada; el pecador no reconoce el pecado pues es su constante consumo y al actuar así, se encuentra cerca de la agonía… EL HOMBRE AGONIZA ESPIRITUALMENTE y esto le lleva a no mirar con amor… ¡Cuánto Me duelo al mirar las almas camino al dolor purgante!

 

LA VERDADERA LIBERTAD:

 

En su atropellada inteligencia colmada de desorden, la humanidad se mueve inflada de ego, sufriendo en su afán por conocer lo que no conoce, llevando  delante la soberbia que domina la razón y cancela la verdadera inteligencia; soberbia que le infunde un concepto erróneo de libertad y le precipita al abismo… El soberbio perece por su propia ignorancia… El que vive amando su razón, mora en su miseria: La verdadera libertad es grandeza sin necesidad de inflar el ego… Quien se aleja de Mí vive en constante peligro de perderla, pues solo se mira a sí mismo y se ama más de lo que Me debe amar a Mí… El hombre que crece en su propia libertad, desligándose de todo lo que le sugiera mantenerse en un orden, es presa de su propia miseria… La libertad es camino, unidad y amor, no independencia, y desunión; es obediencia, no endurecimiento de corazón.

 

¡RECONOZCAN LA SOBERBIA!

 

Ella les propicia la arrogancia nacida en el mundo y sus maquinaciones, venciéndoles y llevándoles a ser orgullosos, sin meditar en razonamientos, tan solo confiando en la torpe sabiduría que poseen; les lleva a poner en peligro la unidad entre todos donde quiera que se encuentren; se presenta con máscaras para no ser reconocida, oprimiéndoles el espíritu para mantenerles atados al no perdón, imponiéndose como dueña de la verdad y manteniendo sus conceptos como únicos. Por la soberbia, los inocentes mueren, la rebelión encuentra su sustento, la persecución se afianza en sus errores, los opresores se complacen y el hombre se destruye a sí mismo.