EL ARMA DEL SANTO ROSARIO
Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María se dirigen a la
humanidad:
Mi Bendición está con el que lucha por vencer su yo
humano para ascender a Mi Casa, Mi Misericordia se encuentra presta a
recibirles pero ante la desobediencia del hombre, el universo se estremece y se
asombra pues su estado lleva a que la creación sufra por ello causando un gran
caos que lleva a padecer al Cosmos en general… Éste instante es duro para Mi
pueblo verdadero que, mirado por la creación junto con los Elementos, tiende a
socorrer a los que son fieles:
La hambruna llegará a las grandes ciudades y los países
costeros sufrirán, siendo la ira del hombre el medio que utilizará satanás para
causar situaciones apremiantes donde la agitación producirá estragos sociales…
La humanidad se rebela en contra de sus gobernantes, solo que luego, llega el
padecer general con el lamento producido al mirar el sufrimiento que habrán
ocasionado… Y es que el hombre, en todo lo que desarrolla, manifiesta su
rebeldía hacia Mí.
INCREDULIDAD PREDOMINANTE:
¡No
se crean salvos por haber sido bautizados!
La falta de humildad de esta generación es el arma de
satanás, todos creen ser sabios y olvidan la humildad, pero deben reconocer
que, quien se obstina frente a la corrección, es destruido pronto y sin
remedio… El mal parecerá triunfar… ¡Sí!... Pero nunca prevalecerá, aunque en
éste instante prevalezca la incredulidad, la duda y la desconfianza en muchos.
Ustedes, Mis hijos, poseen un arma a la que el demonio
teme con horror y espanto: Es el arma del Santo Rosario, no recitado sino
meditado conscientemente… ¡No lleven el Rosario al cuello sin ser conscientes
de lo que ello significa, pues de otro modo, eso es ofenderme!
Nuestra Voluntad ha entregado a Mi Madre el comando de
las Legiones Celestiales para que sea Ella quien aplaste la cabeza de satanás y
como Reina que es de todo lo creado, dirija la lucha espiritual que la
humanidad vive en éstos momentos; por ello la trascendencia e importancia de la
compenetración con la oración del Santo Rosario, la consciencia de orarlo y del
significado de cada palabra y cada acto efectuado en dicho ofrecimiento.
¡TOMEN SU CRUZ, CAMINEN CONMIGO, SÍGANME!
Las amenazas de ideologías y sectas hacia la iglesia de
Mi Hijo pasaron a ser realidad: Desde su interior le atacan y le tergiversan la
Verdadera Palabra Divina para que el caos se extienda y los fieles se alejen de
Ella… Algunos de Mis predilectos han dejado de lado la verdadera enseñanza al
pueblo de Mi Hijo sirviendo a intereses ajenos a la Voluntad Divina; la masonería eclesiástica ha influenciado
al pueblo fiel brindándole una enseñanza condicionada sobre la verdadera fe y
por ello, la débil fe de Mis hijos… Es como una veleta al viento que hasta duda
de lo que cree.
Mi Iglesia se encuentra enferma, confundida por la
división que existe, algo que no es bueno pues son signos del instante en los
que vivirá la agonía y luego caerá en el cisma… La paz es un recuerdo efímero
para la humanidad, el terror se ha apoderado de varios países extendiéndose y
tomando liderazgo en Europa… ¡Cada uno
debe tomar su cruz personal para no desertar en éste camino y no ser parte, en
éste instante decadente de ésta generación que Me ofende hasta el hartazgo como
nunca antes!... Les llamo a continuar compartiendo Mi Cruz, tome cada uno la
suya, caminen Conmigo y Síganme.
¡NO SEAN LOS MIEMBROS DE MI IGLESIA LOS QUE LA GOLPEAN, LA ENLODAN Y LA
DENIGRAN CUANDO ENTRAN EN CONTIENDAS!
No se maltraten unos a otros, únanse, no se dediquen a
criticarse sino a unificarse en Mi Sagrado Corazón y en el de Mi Madre
Santísima, no sea Mi propio pueblo el que se lapida por envidias banales o por
celos injustificados: Ninguna agrupación dentro de Mi Iglesia es mayor que
otra, todas tienden a un único fin cual es el de retornarnos la tierra que les
legamos.
EL MAL ATRAPA A SUS SEGUIDORES, A QUIENES LO ACEPTEN, A QUIENES NO SE
RESISTAN… ¡LOS ATRAPA EN SUS GARRAS!
No acepto la lujuria, el exceso, la opulencia, la
soberbia, la falta de caridad, la negación de cuanto explicito a Mi pueblo… ¡Ay
de Mis servidores que no son devotos de Mi Madre!... Me duelo por esos
ministros que se han entregado al servicio de la masonería eclesiástica,
usurpando Mi Iglesia y llevándola por caminos totalmente equivocados,
imponiéndose en éste instante dentro de Mi Casa y aprovechándose para preparar
la llegada del usurpador… ¡Ay de aquellos que entreguen a Mi Iglesia, vivirán
el lamento de Mi pueblo y la dureza de Mi Mano!
¡LLAMO A MIS PREDILECTOS A NO SENTIRSE EN EL CIELO POR ADELANTADO!
Sean dignos de su magisterio sirviendo con humildad a Mi
pueblo, compartiendo a la humanidad el derecho a la salvación eterna… Mis
obispos tienen que vivir en la humildad, no habitar en palacios, con decoro sí,
pero no con excesos, no deben poseer lujos sino auxiliar al pobre, al necesitado.
En cada palpitar de Mi Corazón se mantiene presente Mi pueblo, ninguno de
ustedes debe excluirse de él pues todos son Mis hijos… ¡Reconózcanse como hermanos!... Estoy
reuniéndolos de todas partes del mundo para que, unidos en el Amor, sean la
fuerza del bien que se expande por la creación, por el universo, congregándoles
en los encuentros que cada uno mantiene Conmigo, en las oraciones de la
Eucaristía, en la meditación de Mi Pasión, de los siete Dolores de Mi Madre y
del Santo Trisagio, en la confesión, en el amor al prójimo y al seno familiar,
en el cumplimiento de la Ley Divina, en los sacrificios, en la obediencia, en
la esperanza, en la caridad y en la fe para que sean verdaderos cristianos en
espíritu y en verdad.