CEGUERA MATERIAL Y ESPIRITUAL

 

CEGUERA MATERIAL Y ESPIRITUAL

¡LUCHEN POR LA SALVACIÓN!

 

Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María se dirigen a la humanidad:

 

Me encuentro presente en el Santo Sacrificio en el Altar en donde Soy tratado con gran indiferencia y desprecio; en ocasiones hasta Soy golpeado cuando en la Consagración Me elevan y Me dejan caer sobre el Altar sin la más mínima solemnidad, signo que demuestra cómo el sacerdocio, en algunos casos, es considerado solo una profesión más y no una Donación, signo donde Mi pueblo vive es en medio de la ambigüedad sin crecer espiritualmente  al no recibir el debido alimento de la Palabra que les lleva a ascender y que da vida… ¡Despierten ante quienes desean glorificarse a sí mismos y con la fealdad de la tibieza espiritual, aceptan lo malo como bueno!

 

¡SANTA EUCARISTÍA ALTERADA!

 

Quienes no aman ni respetan a Mi Madre, quienes no guardan los Mandamientos, quienes no cumplen la Voluntad Divina, quienes son indiferentes y niegan que los signos sean signos difundiendo ante Mi pueblo que todo se encuentra bien, Me ofenden cuando entran a Mi Casa… ¡Serán llevados a la gran confusión en un constante mirar de cuanto acontece!... Solo que una gran mayoría de criaturas humanas, con exclamaciones poco creíbles, permitirán que el centro de la unión fraterna, sacramental y alimento de Mi pueblo como es la Santa Misa, les sea arrebatado, alterando éste Magnánimo Sacramento con la introducción de otras ideologías.

 

INFILTRACIÓN Y PROFANACIÓN:

 

La gran apostasía se acrecienta ante la indiferencia de Mis sacerdotes, servidores de Mi pueblo… El mal se infiltró en Mi Iglesia de mano de Mis propios predilectos a quienes alerto para que no se confundan y que por esa confusión se conviertan en perseguidores de Mi pueblo dentro del cual se encuentran  Mis siervos los Profetas a quienes entrego Mi Palabra para que la transmitan a los Míos sin ser desvirtuada… Los lobos con piel de cordero serán (son) perseguidores de Mis instrumentos y dirán a Mi pueblo que no los escuchen para que en los Míos reine la ignorancia y no sean alertados…. ¡Olvidan que Yo llegaré como ladrón en la noche y encontraré al demonio entronizado y adorado, Mis Templos profanados y Mis hijos silenciados!

 

CEGUERA MATERIAL Y ESPIRITUAL:

 

Algunos con horror, espanto e indiferencia miran cuanto acontece en Mi Iglesia, pero igual, continúan sin escudriñar al macroscopio lo que verdaderamente sucede en este instante; algunos suelen decir que las persecuciones religiosas siempre han existido, así como los eventos de la naturaleza… ¡Ciegos!... no solo de ojos sino ciegos espirituales… ¡Ésas son criaturas encadenadas al infierno que se han propuesto no abrir el corazón para comprender que en toda generación ha existido un instante previo a la purificación de los que se rebelan contra Mí… ¡Ciegos que dejan pasar con gran indiferencia la labor oculta y silenciosa del mal que en todo momento ha permanecido invadiendo a Mi Iglesia para que sea detenida!... Solo que  éste instante es el previo a la purificación, éste y no otro, por lo cual, con gran astucia, el demonio se centró con anterioridad para atacar a Mi pueblo a través de la jerarquía de Mi Iglesia trabajando arduamente desde los Seminarios; infestó a Mi Iglesia para constituir la falsa iglesia al servicio de la oscuridad que se rebela contra los principios de Nuestra Ley Divina.

 

LA LEY DEL AMOR NO CADUCA:

 

¡Vengo a llamarles a la reparación de las ofensas que cometen contra Nuestra Trinidad!... Sean temerosos de Mi Palabra, de Mis anuncios… Posean el Santo temor al tres veces Santo Señor de los Ejércitos Celestiales… Soy Misericordioso y justo, tanto que Mi perfección es infinita en la misericordia y en la justicia… ¡Vengan a Mí, Les espero con Amor eterno… La Ley del Amor no caduca, es la misma de ayer, de hoy y de siempre.

 

LAS SECTAS Y SU FALTA DE COMPROMISO:

 

¡Cuántos se llaman cristianos y dicen amarme pero han formado pequeños grupos en donde dan una interpretación diferente y a su conveniencia de la Sagrada Escritura!... Se reúnen para alimentarse y aparentemente ser diferentes pero no cumplen los deberes de un verdadero cristiano; no evangelizan sino que se reducen a sí mismos en aparentes actos de piedad pues en el fondo no comulgan con el resto de la Iglesia de Mi Hijo… Miro cómo se ha creado pequeñas células que distan demasiado de ser cumplidoras de sus enseñanzas, las de Mi Hijo, por lo que Les llamo constantemente a enmendarse.

 

Y es que el hombre no se mira interiormente, le es más llevadero mirar a los demás y criticar aun sabiendo que en éste instante, tienen que mantenerse en una constante alerta espiritual: Las estrellas iluminan el firmamento y a ustedes se les ha dado el Espíritu Santo para que sean luz del mundo, pero una criatura que no vive a plenitud el amor hacia el prójimo y no es cumplidora de los Mandatos del Cielo, no puede ser luz del mundo ni difusora de la Divina Palabra… ¡Como Madre de la humanidad, Les llamo a comprometerse verdaderamente siendo cumplidores de los Mandatos Divinos!

 

LA LUCHA POR LA SALVACIÓN:

 

No pueden llamarse santos a sí mismos, no pueden decir que han alcanzado la santidad, eso es arrogancia no digna de un verdadero cristiano… Cada uno debe luchar constantemente por la salvación que, aunque es solo una palabra, abarca un conjunto de obras y actos, de esfuerzos continuos y cumplimiento, de doblegar el yo humano y de obediencia, de caridad, esperanza y amor al prójimo, de humildad y de fe…

 

UNA ES LA LEY, UNA ES LA PALABRA Y UNA ES LA MADRE QUE MI HIJO HA DADO A SU PUEBLO Y AUNQUE TODOS SON DIFERENTES, NO SE HA DADO UNA LEY NI UN TRATO INDIVIDUAL PRIVILEGIADO PARA NADIE EN PARTICULAR…

 

Cada uno es diferente… ¡Sí!... pero tienen que encontrar concordancia en el Amor que Mi Hijo Les legó pues el hombre que no ama a su prójimo no puede amar a Mi Hijo con el que es uno solo… Y es que aún carecen de plena consciencia pues se niegan a mirarse interiormente, esperando solamente de los demás el cumplimiento de lo que no tienen, pero deberían desear para respetar a sus hermanos, no juzgándoles sin conocimiento de causa ni permitiéndose pecar como hombres altaneros e inmisericordes… Son tantas las luchas que emergen por toda la tierra, tanta la convulsión que existe en este instante y cuántos culpan al demonio por eso… ¡No se engañen, les falta crecer en el amor, en la fidelidad a Mi Hijo, les falta fe ante las dificultades de la vida… Y es que piden tan débilmente y dudando, que las peticiones se esfuman en el camino.