COMUNIÓN EN LA MANO

 

COMUNIÓN EN LA MANO

INDIGNA, DEMONIACA Y SACRÍLEGA

 


Porque Jesús Nuestro Señor Dice:

·         “Millones de partículas de mi Sagrada Hostia caen diariamente al suelo cuando soy recibido por mis hijos en la mano”.

·         “Mis ojos derraman lágrimas de sangre viendo como soy ultrajado y pisoteado en cada partícula de mi divinidad que cae al suelo”.

·         “Que sacrilegio tan grande y tan vil se está cometiendo contra mi Divinidad bajo el pretexto de la pandemia que es ya más una conspiración y un ataque a mi santo sacrificio”

·         Orad para que sea abolida para siempre la práctica indigna de la comunión en la mano que tanto daño le hace a Mi Divinidad Eucarística.

·         “Recapacitad pastores de mi rebaño porque de seguir de repartiéndome indignamente a mi pueblo, mi Santo Espíritu apartaré de vuestras consagraciones. Entonces, el pan que repartiréis ya no será mi cuerpo y mi sangre”.

·         “No soy cualquier pedazo de pan. Soy el pan bajado del cielo. Soy el maná espiritual, que sacia el hambre y calma la sed de mi rebaño. Soy vuestro Dios, Uno y Trino, que viene a darnos vida en abundancia”.

·         “Todo aquel que me dé y me reciba indignamente, en la mano, es <<reo de culpa>> y comete sacrilegio si no se arrepiente y repara por ello. Pastores de iglesia: No sigáis maltratando mi Divinidad”.


Oremos:

  • Para que sea abolida para siempre la práctica indigna, demoniaca y sacrílega de la comunión en la mano, que tanto daño le hace a la Divinidad Eucarística de Nuestro Señor Jesucristo.
  • También para que los hijos predilectos de Dios, pastores de la iglesia, recapaciten y se abstengan de seguir repartiéndola en la mano, como si se tratase de un pedazo de pan cualquiera, con el pretexto de la pandemia, toda vez que esto constituye un ataque directo a la iglesia y al Santo Sacrificio.


¡Oh, Cuerpo y Sangre de Jesús Sacramentado!

Os amo y os pido perdón y misericordia

os desagravio en unión

con la Santísima Virgen María

y toda la corte celestial.

Por todas las comuniones indignas,

demoniacas y sacrílegas

que a diario se cometen

contra vuestra santa divinidad.

Jesús y María os amo, salvad a las almas.

 

¡La Santa Comunión se debe recibir de rodillas y en la boca y quienes la deben repartir son únicamente los sacerdotes y no lo laicos!


  • Igualmente oremos por el Vicario de Jesucristo en la tierra, el Papa Francisco, por el Papa emérito Benedicto XVI, los obispos sacerdotes, religiosos(as) y fieles de la iglesia católica.