Mundo actual sin Dios y sin ley
que camina a una velocidad vertiginosa directo al despeñadero. El mundo se
encuentra envuelto por una ola inmensa de oscuridad, está al borde de un cataclismo universal y lo peor de todo
es que el mundo ni siquiera se ha dado cuenta:
Nos entretenemos en las obras de
las tinieblas, en los placeres efímeros que ofrece el mundo, es mucha la degradación
moral e inversión de valores, se cede fácilmente a las tentaciones y a las
seducciones. El mundo se ha vuelto pagano, Dios ya no ocupa el primer lugar, en
el corazón de los hombres y mucho menos en el seno de las familias.
Nos hemos dejado conducir por el
mal del vicio alejándonos de Dios por nuestra conducta malvada.
¿Acaso seremos felices? ¡Claro
que no! Porque quizás sentimos que el placer y las alegrías humanas no nos
proporcionan tranquilidad ni satisfacción, porque la verdadera felicidad nunca
la encontraremos apartados de Dios y sin confianza en Dios, tampoco obtendremos
la verdadera libertad ¡La verdadera libertad proviene de la verdadera
felicidad!
¿CÓMO DETENER ESTE DESASTRE UNIVERSAL?
Dios Uno y Trino dice:
- “No creáis que espero de vosotros austeridad y mortificaciones, que deseo haceros caminar descalzos o que tengáis que postrar el rostro en el polvo, o que deseo que os cubráis de ceniza, etc… ¡No, no! ¡Quiero y me agrada que tengáis conmigo una actitud de hijos, con la simplicidad y la confianza en Mí!”
- “Con vosotros me volveré todo para con todos como el Padre más tierno y amoroso. Familiarizaré con todos vosotros, donándome a todos, volviéndome pequeño para hacer que seáis grandes en la eternidad.”
- “La mayor parte de los incrédulos, de los impíos se quedan en su maldad y en su incredulidad porque creen que yo les pido lo imposible; creen que tienen que someterse a mis órdenes, como los esclavos, bajo un patrón tirano que se queda envuelto en su potencia y en su orgullo distante de sus súbditos, para obligarlos al respeto y a la devoción. ¡No, no hijos míos! Yo sé volverme pequeño mil veces más de lo que vosotros suponéis”
“Sin embargo lo que yo exijo es
el cumplimiento fiel de los mandamientos que he dado a mi iglesia, para que seáis
criaturas razonables y no seáis semejantes a los animales con vuestra
indisciplina y malas tendencias y para que al final podáis conservar este
tesoro que es vuestra alma ¡Que os he donado con la plena belleza divina con la
que os he revestido! Para que seáis felices y para salvaros, para manifestar a vosotros
mi único deseo de amaros y de ser, en cambio, amado por vosotros”.
“Velad y orad para que no caigais en tentación.
Dios lo ve todo. No pienses jamás: una vez no es nada”.
Pidámosle al Padre de la humanidad para ser felices en todos los hogares que nos dote de sus gracias abundantes:
- Auténtica fe católica
- Amor verdadero
- Carácter formal
- Salud corporal
- Medios económicos