RUSIA Y SUS SATÉLITES
La Santísima Virgen María, Madre de la humanidad, habla a sus hijos:
Mi Hijo les advirtió que cuando el género humano
omita la ley de Dios y el varón conviva con el varón y la mujer con la mujer,
cuando éste actuar sea aceptado por los gobiernos y disimulado por un sector de
la iglesia de Mi Hijo, recuerden que ésta es una gran señal de la cercanía de
lo anunciado. La aprobación de leyes que van en contra de los Mandamientos de
la Ley de Dios, les hará caer en un abismo del cual no podrán salir, hasta que
reconozcan la ofensa cometida.
Sectas
que se mantienen dentro de la iglesia de Mi Hijo han pactado con el comunismo,
socavar el poder de Mis vicarios, hasta hacerle a uno de ellos, huir en medio
de los cadáveres de obispos fieles, sufriendo Mi iglesia, su más grave
apostasía ante el poder terreno del que usurpará el Trono de Pedro en la tierra.
¡No se extravíen
que la purificación será!
La naturaleza alertará con cambios bruscos y
grandes eventos que no han sido vividos; luego llegará el gran impostor sin que la humanidad lo
entienda ni lo reconozca, ante la lejanía que mantiene con el Cielo. La masonería, los iluminati, el comunismo y
los poderosos económicamente, nombrarán rey al engendro del mal.
Alerté en Fátima sobre el comunismo y su poder destructivo. Miraron de lejos Mis pedidos por
temor de nombrar a Rusia y se
encuentran a instantes de que ese poder que no quisieron acallar cuando lo
solicité, se abalance en contra de toda la humanidad. La jerarquía de La iglesia de Mi Hijo hizo caso omiso de
consagrar a Rusia a Mi Inmaculado
Corazón y en éste instante en que la humanidad está invadida por el mal,
éste desacato ha abierto aún más las puertas para que el comunismo invada a la mayoría de los países en los cuales ha
dominado con su ideología, la mente de Mis hijos.
El poder militar de Rusia no ha sido expuesto para ser admirado sino para
que el mundo conozca con lo que será atacado; es el aviso en silencio para que
ustedes miren el poder de quien se abalanzará en contra de la humanidad,
utilizando a la vez a aquellos países con los que ha creado fieles alianzas
para reafirmar el poder y en éste instante, son satélites del gran destructor:
el comunismo.
Cuando el agua se levante e invada la tierra y zonas costeras sufran
como sufrirán todos los pueblos, uno a uno, se levantará el comunismo, variando sus facetas, con la
máscara de la paz y la alianza. ¡Pobres
de Mis hijos, de aquellos que creen que lo que está lejano no les llegará!
El brazo indomable del comunismo
caerá sobre América y especialmente llevará dolor a los Estados Unidos, mientras que Venezuela,
continuará sufriendo sus embates, llevando a ésta nación a la miseria, causando
levantamientos y muerte, pues los aliados al comunismo, flagelarán al pueblo. Nicaragua por su parte, padece igualmente la opresión, siendo
tierra de provisión del comunismo: el
que no habla, posee un botín… y Ecuador, con su pueblo amado, ha sido
invadido también por éste flagelo y cuando desea protestar, el comunismo lo acalla. Medio Oriente entrará en efervescencia
y el mundo mirará con indiferencia tanta muerte.
El que dice amarme no puede comulgar con el comunismo, el que me ama y ama a Mi Hijo en Espíritu y en Verdad,
es el que se resiste a esa falsa ideología que trae consigo la muerte para la
humanidad, para el pueblo de Mi Hijo. Si aman verdaderamente a Mi Hijo, no pueden
formar parte de la masonería, de los
iluminati, de las élites despampanantes, de los modernismos que ultrajaron el
cuerpo místico, del comunismo y sus prácticas; no pueden convivir con la música
que es compuesta para satanás, no pueden permitirse ser dominados por la
tecnología, no deben permitirse ser alimentados con una irresponsable
alimentación creada para para terminar con gran parte de la humanidad.
Las enfermedades creadas por el hombre son el gran pretexto para
contaminar el organismo de la criatura humana y causar la muerte lentamente con
medicamentos dispuestos para ello. ¡Despierten!,
ese es el obrar del mal, es el obrar de los opresores que se han permitido ser
invadidos por la ira de satanás.