LA SOMBRA DE LA MALDAD HUMANA
Nuestro Señor Jesucristo habla a la humanidad:
Mi Amor eclipsa a la criatura pecadora
y obstinada pero salva a la humilde y de corazón contrito. Mi Pureza destruye
todo lazo de maldad en el hombre si éste Me acepta como su Señor, no para el
mañana sino para éste instante en el que deben transformarse voluntariamente en
testimonios de Mi vivir, de Mi Verdad y de Mi Paz.
¡NO SOY DIOS DE MUERTOS!
Daré Luz a los hombres y por esto
descenderé con la fuerza de Mi Misericordia, plasmando la Pureza de Mi Amor
ante la consciencia humana, Pureza de la que emanarán los Dones y Virtudes que
les llevará a caminar ante los grandes eventos que se han iniciado y aumentarán
cotidianamente. ¡Vengo
por un hombre renovado y conscientemente arrepentido que recibirá la Gran
Bendición que espera!
La ciencia que el hombre manipuló para
el mal es el detonante del lamento de la humanidad, pero la purificación no la
esperen venida únicamente de la mano del
hombre, puesto que contiene el deseo de la Creación de un cambio radical de la
criatura humana y en éste instante,
todos los Elementos se unen para colaborar con ustedes.
Muy pocos despertarán, muy pocos,
menos de los que ustedes puedan imaginar. La mayoría ha entregado su mente y se
ha sumido en las pasiones bajas de donde no desean salir y el Cielo, respetando
el libre albedrío del hombre, espera con su Misericordia, el retorno de cada
uno de ustedes.
Los instantes venideros son decisivos,
no existe el después… LA SOMBRA DE LA MALDAD HUMANA yace
en la tierra, el hombre no la puede ocultar, al contrario, debe tomarla en Luz
y en Verdad…Les venció la incertidumbre, la inseguridad y Mis enseñanzas
quedaron en un suspiro cuando el temor ante la maldad del hombre, les llevó a
dejarme solo como ahora.
¡LOS MÍOS ME OLVIDARON!
Cuando Me arrestaron reaccionaron con
disgusto, pero luego Me negaron como ahora, para
no correr la misma suerte. Temieron de momento el martirio, el arresto, la
acusación, la crítica y se escondieron como ahora. Prometieron
velar y su humanidad les venció, como ahora. Mis
ojos miraron a los que Me rodearon, Mi
Amor les llamó y en cada palabra que proferían, en Mi Corazón como un trueno,
sentí el padecer por el temor y la
traición de los que Me amaban.
Olvidaron que el Hijo del Padre conoce el fondo del alma
y les mira por dentro… ¿De qué se escondían? ¿A qué lugar no podía llegar Mi Amor
en busca de los Míos? ¿Qué oscuridad sería tan densa para opacar la Luz de Mi
Amor? … ¡Mi Corazón sangró por anticipado mirando cuanto sucedía!
Otros, temblando entre las esquinas de
la falsa seguridad de una habitación, con la luz apagada, desaparecen
sin temer la oscuridad pues se sentían protegidos por ella como ahora, como lo harán en un instante.
En su correr afanoso por alejarse de
Mí, olvidaron cubrir el rostro y al ser reconocidos, buscaron con qué cubrirse, como lo hacen ahora con
los fanatismos, los razonamientos ilógicos, las falsas doctrinas, la falsa fe,
la palabra engañosa y sobre todo, el deseo de conocerlo todo y encajonarlo en
una mente cerrada, andrajosa y putrefacta, a la cual no se satisface jamás.
En Getsemaní se plasmó por sí solo
éste acontecimiento para toda la humanidad en general en comunión a una sola
Voluntad. En la Omnipotencia Creadora, la historia de la humanidad, desde el
inicio de la Creación hasta el último instante de todos los tiempos, se conjugó
y fusionó en uno solo, pues cuanto fue es y será, y
Me retiré en la soledad, con la llenura de la Palabra de Mi Padre, a comulgar
con la Voluntad del que Me envió.
¡MI REINO NO ES DE ÉSTE MUNDO!
De ahí que no Soy comprendido, como
tampoco lo son los que Me siguen. El hombre que triunfe será aquél que se
disponga a vivir al contrario del mundo y sus maquinaciones, y en el silencio
interior, uniéndose a Mi Espíritu y escuchándole, camine sobre roca firme.
Mi Espíritu vive en cada uno de ustedes…Yo
Ascendí para dejarles Mi Espíritu y Mi Pueblo no le reconoce. ¡No dejen para
mañana la conversión! No caigan en las telarañas que el demonio coloca para que
continúen viviendo con la influencia del mal que les atrae hacia la hecatombe y
les muestra su poder con crudeza.
No desprecien las señales de la
naturaleza que les cobija y les invita a ser uno en Mi Amor llamándoles a la
solidaridad. Ábranse al Misterio de Mi Amor en el cual todo lo pueden y en el
que encontrarán la fuerza para vencer. Mis verdaderos hijos son aquellos que
son imagen y signo de Mi Amor para la humanidad.
Mírense con sinceridad hacia adentro y
encontrarán en lo secreto del corazón, lo que les impide acercarse a Mí. Tomen
consciencia de la responsabilidad de cada uno ante el prójimo y así medirán el
compromiso ante la humanidad y ante Mí. Envío signos que no son ajenos a
ustedes para que perciban y tengan la seguridad de la proximidad de las PROFECÍAS en las que he reiterado, EL ESTREMECER DE LA TIERRA Y EL RUGIR DE LAS AGUAS.
Soy Perdón y Misericordia si la
criatura se dispone a vivir siendo testimonio de Mi obrar y actuar. El instante
en que se mantienen exige cambio y aquí estoy para acogerles: Les llamo a un
cambio de consciencia, a mantener la disposición, a ser transformados por Mi Espíritu
en criaturas nuevas, colmadas de Mi Santidad y de Mi Paz.
Cada uno debe revisarse interiormente
ante su propia realidad y no negarse a ser pulido. Esto deben vivirlo como una
gracia que Mi Amor les permite. SOY ESCULTOR DE ALMAS y
les esculpo con Amor y Justicia. Dentro de Mi Voluntad permanece abierta la
puerta del perdón y del Agua Viva de Mi Misericordia, la que es mal
interpretada, abusándose de la libertad y de Mi Amor.