¡LLEGA EL TRECE DE MAYO!
Soy María, Madre de la humanidad:
La maldad sigue creciendo aceleradamente, el demonio la
ha incrustado en los hombres transformándoles la mente y el corazón en corazas
contrarias al amor; la envidia, la falta de Dios en ésta sociedad, en todo el
mundo, es un gran signo que, habiendo sido anunciado, no desean mirarlo como
tal; tan grande es el egoísmo y la envidia entre los hombres, que se dan muerte
unos a otros sin pensar en el terreno que le van abonando al maligno frente a
la división en que viven: El egoísmo ha reducido al hombre a ser un
delirante apasionado por satisfacer su ego y su bienestar, haciéndolo cada vez
más necesitado de poseer todo cuanto su imaginación pueda desear.
SON MANIPULADOS SIN SER CONSCIENTES NI CONDESCENDIENTES CON ELLO…
¡Cuántos de ustedes han perdido la oportunidad de
auxiliar al prójimo al no escuchar los lamentos de sus hermanos que en éste
instante padecen!... Por su lado, el que es envidioso, vive perturbado, sumido en la tristeza, en la ambición,
con su corazón saturado de arrogancia y mirando a sus hermanos hacia abajo: El
que vive colmado de envidia es fácil presa del demonio y actúa según los actos
y las obras de satanás hasta que algún suceso que ocurra en la vida, le lleve a
abrir su corazón y su mente, frenando entonces sus instintos agresivos y
retomando el camino verdadero.
HABLO POR VOLUNTAD DIVINA A ÉSTA GENERACIÓN:
Si alguno de ustedes tuviera la oportunidad dada por Mi
Hijo de sacarles de la tierra en éste instante colocándolos en otro planeta y
pudiesen mirar el obrar y actuar convulsionado del hombre con su energía y su
fuerza negativa hacia sus hermanos y hacia todo lo creado, entonces elegirían
no regresar a la tierra puesto que, en éste momento, el hombre arroja sobre
ella los desechos de una espiritualidad totalmente contraria a la que Mi Hijo les ha legado, transformándola
en un depósito de inmundicias espirituales, carnales y sociales en donde reina
y mantiene poder el que posee más dinero, mientras que el que no lo tiene, se
somete voluntariamente a la ley del que manda a través del dinero.
EL SELLO DE LA BESTIA:
Las tormentas serán cada vez más frecuentes, tanto que
sentirán temor… Las olas se levantarán en uno y otro lugar sin que la ciencia
logre advertirles pues ignoran el movimiento de las fallas tectónicas en las
capas de la tierra; llegarán a estremecerse ante los eventos y la furia de la
naturaleza viendo con perplejidad la potencia con que el mar penetrará en la
tierra y derribará lo que el hombre cree indestructible; los volcanes inactivos
en el fondo del mar sorprenderán a la humanidad frente a su indiferencia con el
Creador, en tanto la carestía se hace sentir en todo el mundo… Ricos y pobres
padecerán de hambre, el dinero no será medio para adquirir alimentos ni
vestuario ni medicamentos; ante la economía caída, nada será válido para la
subsistencia humana hasta que se dispongan a colocarse en su cuerpo el sello de la bestia, el microchip que
los gobernantes de las naciones exigirán a sus pueblos para entregarlos en
manos del anticristo…
¡ES PREFERIBLE MORIR A PERDER EL ALMA, A PERDER LA VIDA ETERNA DEJÁNDOSE
IMPLANTAR EL MICROCHIP!
La violencia aumenta, los asaltos son continuos, el clima
se transforma con intensidad variando la atmósfera en toda la tierra, los
vientos causan destrozos y las heladas se precipitan, pero el ser humano, aun
mirando el cambio repentino e inusual de la creación, no desea enfrentarse a la
realidad, no desea enfrentar la verdad del estado de su alma ni permite que la
consciencia le mueva a un cambio; al hombre no le es relevante crecer
espiritualmente pues no cree en los acontecimientos ni en que el estado del
mundo varíe: Con la voluntad detiene la
consciencia.
EL OLVIDO DE LA SALVACIÓN ETERNA:
La fe se tambaleará y ustedes, hijos Míos, llorarán y
lamentarán el no haber obedecido a Mi Hijo con anterioridad; lamentarán el no
haber sido conscientes de la necesidad personal de buscar y ahondar en su
Palabra, el no haber penetrado en las enseñanzas Divinas y llevarlas a la
praxis en sus vidas: Esto son instantes en los que tienen que vivir a plenitud
el ser hijos de Mi Hijo y poseer los bienes de la Casa del Padre siendo
asistidos y llenos del ESPÍRITU SANTO… ¡Busquen la Verdad que se
encuentra dentro de sí mismos!... ¡Examínense primero y luego, reconcíliense
con Mi Hijo para iniciar el camino hacia el orden interior, el orden en sí
mismos!... ¡Regresen a Mi Hijo!... Hablo por Voluntad Divina a ésta generación terca esperando conversión en medio del mar de una voluntad
humana quebrantada y arrebatada por el maligno opresor del alma pero,
lamentablemente, para el ser humano, no
es prioridad creer en Mi Hijo ni en éstos constantes llamados, pues se
satisface con los bienes materiales, olvidando la salvación eterna.
MI HIJO NO LES ENGAÑA CUANDO LES PROMETE LA VIDA ETERNA…
Solo que el hombre no sabe qué es la vida eterna ni se
centra en la salvación del alma y cómo debe salvarla: Ustedes miran lo que les
sucede, pero no miran lo que hacen y menos razonan en cómo utilizar la propia
voluntad cuando es precisamente ésta, la que es inocente o culpable del obrar y
actuar humano; afirman que la Misericordia viene de Dios, pero también la Justicia proviene de Él, justicia que no se da si el hombre no la merece, si
no la atrae. El temor y la inseguridad que sienten, aunados a la confusión, la
desobediencia, la rebeldía, la incoherencia y lo que está por llegar,
identifican a los hombres de poca fe, invadidos de dudas e interrogantes en
ésta generación… No creer en lo venidero, en la crisis, en la carestía, en las
rebeliones, en las pandemias, en los derrocamientos políticos, en robos,
matanzas y persecuciones además de los azotes que llegarán por cuenta del
universo hacia la tierra y los signos y señales de los Elementos, son indicios
de una inmadurez espiritual humana frente a una realidad cada vez más próxima
que ya se vive,
realidad que solo se podrá detener con un serio arrepentimiento y una constante
conversión.
¡OREN!... La economía se desploma, las
industrias cierran, el clima será implacable, causará dolor, la convulsión no
da espera, se enardecen las mentes, padece el hombre, se precipita el dolor… La
tierra se estremece, el debilitamiento llega, se comete errores, la política se
detiene, los volcanes rugen, los que han estado dormidos despiertan, la
humanidad corre sin tiempo, los de poder económico querrán compartir sus
riquezas pero será demasiado tarde…
LLEGA EL TRECE DE MAYO:
Lleven
a cabo una cadena de oración a nivel mundial del Santo Rosario y conságrense a
Nuestros Sagrados Corazones…
El tiempo apremia, oren por Rusia para que los vientos no les dobleguen ante los pasos del gran
tirano de la humanidad… ¡Salven el alma!... ¡Llámenme: Ave María Purísima, sin
pecado concebida!... ¡Yo estoy con ustedes para conducirles a Mi Hijo!...
¡Pidan el auxilio del Espíritu Santo, encomiéndese a Él!... El Espíritu es Dios
y está en cada uno de los hombres… Mi
Hijo es Vida en abundancia, mantengan la fe, prepárense, no decaigan, sean Uno
en el Amor de Mi Hijo… Les Bendigo… Lleven a la práctica ésta Palabra.