COMUNION ESPIRITUAL: MILAGRO DE AMOR PERPETUO

 

Apocalipsis Adelantado

Jesús Nuestro Señor, María Nuestra Madre y San Miguel Arcángel hablan a la humanidad:

 

La oración es fortaleza para Mi Pueblo y la Comunión de Mi Cuerpo y Sangre es la unción diaria para quienes Me reciben.

 

Mis Templos los abrieron luego de ser cerrados como un triste presagio para lo venidero:

 

Verán ante sus ojos con gran estupor, cómo nuevamente serán cerrados para no permitir que Mi pueblo acuda a Mi Casa, pero Yo me encuentro en cada uno de ustedes y en el mismo instante en que no puedan acercarse a Mi Casa, tengan presente que Mi Casa está en cada uno de ustedes y en la medida en que ustedes me han recibido, así Me multiplicaré al infinito en cada Comunión Espiritual, fortaleciéndoles con las comuniones recibidas anteriormente.

 

Mi Pueblo no debe angustiarse ni perderse, sino fortalecerse con las Comuniones anteriores y esperar con paciencia, porque se dará la Segunda Efusión de Mi Espíritu Santo  a Mis justos y fieles después del Aviso, para que sean aliento para sus hermanos.

 

En éste instante en que no reciben el Sacramento de la comunión debidamente, en la boca y de rodillas, vivan ese arrepentimiento sincero de corazón profundo, con firme propósito de enmienda y esperen confesarlo. Entréguense a Nuestro Rey y Señor Jesucristo y acudan al auxilio de Nuestra Reina y Señora de Cielos y tierra.

 

No desesperen, continúen con las Comuniones espirituales, porque ese deseo interior de recibir a Cristo Eucaristía, estremece el Cielo y la tierra y lleva al demonio a padecer en demasía:

 

Ante el ardiente deseo de recibir la Sagrada Eucaristía debidamente, las Comuniones anteriores florecen y dan alivio al alma. No se presten a aceptar un sustituto (Laico) de la Sagrada Eucaristía, no crean a quienes les dicen que “olviden sus culpas”. No deben aceptar negociaciones en cuanto a la Sagrada Eucaristía, a los Sacramentos y a la Ley de Dios.

 

Mi Madre les enjugará las lágrimas, les consolará y les sostendrá en éste instante en que Me han suprimido Sacramentalmente para Mi Pueblo. Yo permanezco en ustedes y las Comuniones que han recibido debidamente preparados, hoy surgen en cada uno, siendo ese Manantial de Agua Viva que Yo y solo Yo, logro en ese MILAGRO DE AMOR PERPETUO.

 

La confusión en el Cuerpo Místico de Cristo abrió el camino del cisma a que llegará la Iglesia de Nuestro Rey y Señor Jesucristo. Los consagrados al Ministerio Sacerdotal son probados y lo serán más fuertemente. Éste es el instante de la Verdad que es una sola: Cristo presente en el Milagro Eucarístico en el momento de la Consagración Sacerdotal; por ello, los sacerdotes deben vivir para Cristo y su Pueblo.

 

No teman, vuestra Reina y Madre de los Cielos y tierra, no les abandona, se mantiene ante ustedes. Ella es la Madre de la Humanidad, Puerta del Cielo, ¡Vivan con Cristo Eucaristía!, sean fieles, sean criaturas que se alimentan espiritualmente del Cuerpo y Sangre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y en la Sagrada Eucaristía, encuentren fortaleza para lo venidero.

 

De cada Eucaristía recibida, gustará el fruto necesario cuando no puedan recibir la Comunión Sacramental, para que  no padezcan hambre espiritual, siempre y cuando la Eucaristía  haya sido recibida en las condiciones espirituales necesarias.

 

Sean conscientes de que para amarme, tienen que conocerme en Mi Palabra, en esa relación personal de instante a instante al recibirme espiritualmente en la Eucaristía, en ese “A solas Conmigo” y en la paz y el Amor a sus semejantes.

 

El plan demoniaco de la masonería y de ideologías contrarias al bien, es separar al hombre de su Creador y robarle el sustento espiritual del Sacrificio Eucarístico, para que caiga en los pecados más despreciables, por lo que, tratando de anularme en Mi Propia Casa,   me destinarán  un lugar lejano (ya lo han hecho) y luego, negarán que estoy vivo, presente y palpitante en la Eucaristía, negando Mi Transubstanciación, mientras que a Mi Madre, la negarán aún más.

 

Así como se estremece la tierra, Mi Iglesia también: Verán a sus hermanos saqueando los Templos, profanando a Nuestro Rey Presente en la Eucaristía y de igual forma, los verán saqueando cuanto encuentren a su paso en momentos de carestía.

 

Son demasiados los que engañados por el demonio, caen en la trampa del mal y se amparan en los que renuncian y reniegan de la Trinidad Sacrosanta. ¡Cuántos quedarán en el camino engañados por el demonio! ¡Mi Pueblo debe ser fuerte, resistir y no perder la fe. Mi Corazón desea mantenerles dentro para que nada les separe de Mí!

 

Les llamo constantemente a ser mensajeros de Mi Amor, de Mi Paz y en cuanto mayores son mis llamados, mayores son las distracciones y mayor el letargo en el que viven los Míos. Por ello, les llamo nuevamente a la oración, a conocerme y adentrarse en el Amor de Mi Madre, en su Palabra dada para el mundo, anticipándose al dolor que vivirá ésta generación por la desobediencia y la soberbia con la que se ha rebelado en Mi contra.

 

Ustedes hijos Míos, sean fuertes y no se dobleguen ante el mal que se introdujo en el Pueblo y en la Iglesia de Mi Hijo y arremeterá con  mayor coraje. Tienen que mantenerse firmes en la fe, amando la Ley Divina, cumpliéndola como nunca antes, estando debidamente preparados para recibir  a Mi Hijo espiritualmente (Comunión espiritual).

 

Humanidad: Acoge la salvación, sea cada uno una lámpara de oración y pregonero de la Palabra Divina, sea cada uno un hermano en Espíritu y en Verdad. Cada oración es luz, es caridad, es fraternidad. Cada Amén es luz, es un sí, es Amor. Cada misa celebrada dignamente y cada Comunión espiritual dignamente  recibida, se expande por la Creación.

 

La salvación es para toda la humanidad y cada acto a favor de ese conocimiento, es Luz que se expande, repara y ante el Trono Celestial, es un acto a favor de los hombres de buena voluntad que interceden por sus hermanos.

 

Mi Hijo es Todo Poderoso, Omnipotente, Omnisciente y a él se someten las fuerzas del mal; por ello, el que  lo acoge con fe y se mantiene en Él guardando la Ley, los Sacramentos, las obras de Misericordia, recibiéndolo espiritualmente en la Eucaristía (Comunión espiritual) y se dona al prójimo, se encontrará, no con un camino fácil, sino con la fuerza para levantarse luego de cada caída.

 

Recíbanme espiritualmente estando debidamente preparados para que resistan, pero sobre todo, no me lleven a pasar dolor luego de haberme recibido, si no se encuentran dispuestos a vivir sin ofenderme. Mi Cuerpo y Mi Sangre no permanecen únicamente durante la Comunión, Yo vivo en cada uno de ustedes prolongadamente. Al fortalecerse espiritualmente de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, del Amor de Mi Madre y su Palabra, Mi Pueblo no se derribará con la caída de otros de Mis hijos que siguen a hombres, porque su fe permanece en Mí.

 

¡Visiten a Mi Hijo en el Santísimo Sacramento y prolonguen esa adoración durante el resto de la vida, en cada acto en cada obra que realicen, para que sean dadores de bien para sus hermanos!