SATANÁS Y SU LLAVE MAESTRA
Nuestro Señor Jesucristo y
Nuestra Santísima Madre la Virgen María dicen:
Puesto que poseen libre albedrío al igual que
consciencia de la Ciencia del bien y del
mal, todos los actos y obras serán juzgados y por ello, ante ustedes tienen
el gozo de Mi Casa o las penas eternas
del infierno.
Mi Amor jamás se apaga y Mi Misericordia es
insondable, pero deseo que la humanidad tome consciencia de cuán necesaria es
la Conversión: Cielo, infierno y
purgatorio existen y cada uno tiene que luchar por ella, viviendo en la
Voluntad Divina y siendo un verdadero adorador en Espíritu y en Verdad.
Decir
que el infierno no existe, que se vive aquí en la tierra, no deja de ser una
aberración y constituye un desconocimiento total de la Sagrada Escritura:
Existe un lugar de fuego donde las almas se
mantienen sin Mí lamentándose y doliéndose por el mal empleo del libre albedrío entregado al mal y por
ende al pecado, por lo que si no me conocen, no lograrán captar las estrategias
de satanás para envolverles en el pecado y mantenerles en el camino del no
arrepentimiento que les llevará a la segunda
muerte.
Decir
que todo es bueno, que el pecado no ofende a Dios porque Él es solo
Misericordia y todo lo perdona, decir
que el hombre es salvo porque Cristo pagó por sus pecados y no debe
arrepentirse pues el purgatorio tampoco
existe, es la llave maestra de
satanás para que se mantengan como él, caídos
por el pecado para que se condenen.
¡El mal existe, el infierno
es una realidad!, si no, ¿Dónde estarían
los demonios si el infierno no existiera?
Cae en grave error quien proclame que la pena del
infierno termina por Misericordia Divina, pues esto es contrario a la Sagrada Escritura.
La necedad del hombre por negar un lugar de pena
para las almas que no se arrepienten ni enmiendan su vida, ha llevado a que más
almas caigan en las garras del demonio y ha sido propiciatorio para que la
humanidad se degenerara más.
Así
como existe la justicia, como existe el día y la noche, la tierra y el
firmamento, existe el infierno, el cual se encuentra saturado de criaturas que han omitido la Verdad,
acogiéndose a falsas ideologías,
entregándose a satanás y a todo cuanto representa el mal; entre ellas,
especialmente la juventud, se ha
fanatizado con el mal y sus diferentes modernismos diabólicos, acogiendo los
bajos instintos con los que azota al hombre y despertándoselos para que se
rebele en Mi contra, con lo que surgirán, quienes siguiendo al demonio como su
dios, solo traerán como resultado, lamentaciones
del infierno a la tierra misma.
Cada criatura decide dentro de su libre albedrío, hacia dónde camina, en
el Amor y en el perdón o en la negación del Amor Divino que conduce a sufrir
las consecuencias del pecado en el lugar de su pena, que es el infierno si no
se arrepiente. El infierno es eterno,
la elección del mismo es particular, personal, cada uno tendrá lo que ha
pedido. El pecador no se encuentra porque sí
ante el fuego eterno, sino porque en la vida, se negó al arrepentimiento
y despreció Mi Misericordia.
El hombre todo lo mira como bueno ya que para él,
el pecado no existe y el perdón Divino,
lo utiliza para dar cabida para sumergirse en el pecado, siendo atrapado por
satanás.
La voluntad humana es libre para acoger el bien o
el mal, pero aun así, Yo busco al hombre
para que desee el bien. De no erradicar el mal por voluntad propia, éste
les llevará a perecer en las llamas del infierno.
Cuando Mis hijos se dan por vencidos y no luchan
contra al mal, éste derrota al hombre, quien pierde la vida eterna. Les ilumino con Mi Palabra, porque Mi
Palabra es Revelación, la que ustedes creen por fe según el entendimiento y
la voluntad humana, que viene hacia Mí o
se aleja de Mí. Les recuerdo la Verdad,
no nieguen lo innegable. No deseo que se extravíen creyendo que el demonio
no existe y con base en ese supuesto, se abalancen al pecado atenido a Mi
Misericordia.
¡Ustedes
Mis amados, no han nacido para perecer en el fuego eterno sino para gozar la
Vida Eterna, Mi Padre no los creó para precipitarse a los infiernos!, pero Mi Pueblo, creyéndome únicamente Misericordia
y no un Justo Juez, ha abusado
gravemente olvidando que lo que cada uno siembre en su camino, eso cosechará y
recibirá.